domingo, 6 de noviembre de 2016

KALE



¿Y que puñetas es esto?

Para algunos la palabra KALE, les puede sonar a chino o algo parecido, pero, y si les digo que el Kale es la palabra en inglés de nuestra “col rizada”, “col crespa”, “col de hojas”, “col cerrajera” o “berza” en español, y está desbancando en la actualidad hasta a la popular espinaca. 


Hasta ahora, conocíamos a la col de hojas porque nuestros agricultores la sembraban en sus huertos y era utilizada para el ganado. Nuestras gallinas son unas grandes consumidoras de estas hojas y sobre todo, nos sirven para enrollar nuestras pelotas de puchero. 

Pero antes de toda esta movida, nosotros ya la conocíamos como Brotons i Espigalls, por lo que no debería sernos nada nueva a excepción en el bautizo de su nuevo nombre. 

Solamente por introducir una nueva palabra (si es en Inglés mejor) para denominar un producto, hacerle un buen marketing de sus propiedades, meterlo en distribución, una gran empresa… y éxito asegurado. Cuatro hojas verdes envasadas en bolsas de papel y al consumidor. 


Pues bien, nuestra col rizada, crespa o berza, de la que no estoy seguro que sea lo mismo, pues aunque las tres sean Brassica oleracea, las dos primeras son de la variedad Sabellica, pero la segunda, la berza, es de la variedad Viridis, llegó a EE.UU sobre los años 80. Nosotros descubrimos América y ellos descubrieron nuestra col rizada, convirtiéndola en toda una reina gastronómica dado el boom que ha tenido entre las celebritis. Ha vuelto a Europa, especialmente a Alemania y Holanda, convertida en verdura estrella y se ha disparado su consumo dentro de la cadena alimentaria. Nos llega a España con el nuevo nombre Inglés de KALE, como si hubieran inventado la pólvora. 


El poderoso marketing, como digo, ha elevado a esta verdura en lo más alto de los Ranking entre las demás, etiquetándola como un súper alimento porque contiene más calcio que la leche, más hierro que la carne, una gran cantidad de vitamina C, K y A y también se dice que tiene propiedades anticancerígenas y desintoxicantes, que limpian hígado y sangre.

Los Americanos, por aquello de la lucha contra la obesidad y su intento por introducir comidas sanas, le han dedicado hasta un día, el Nacional Kale Day, el primer miércoles de octubre. 

Aunque parecida, no debemos confundirlo con el Grelo (Brassicaceae), que aunque con hojas parecidas, estas son los brotes del nabo y está más cerca del brócoli. No en vano también se le llama, broccoli rabe, broccoletti, broccoli di rape, cumbre di rapa, Rapp o friarielli.

El Kale, parece ser primo del brócoli, la coliflor, el repollo, y cuenta con sus propias variedades: kale de hoja rizada, kale de hoja plana (un poco más amarga), kale rojo ruso, kale toscano, kale dinosaurio. Todas tienen en común ese verde especial, hojas crujientes y fibrosas, además de un sabor único.


Se pueden comer crudas, solas o acompañadas en ensaladas, algunos guisos, al horno, deshidratadas, en jugos verdes… no hay límites.

Hay quien recomienda consumir una taza y media de kale licuado o batido dos veces a la semana, para disfrutar de sus múltiples beneficios. 

Personalmente os recomiendo siempre que vayáis a consumirlas en crudo, después de lavarlas bien, el masajear sus hojas para hacerlas un poco más suaves.


Las he empezado a utilizar y os aseguro que da muy buenos resultados, tanto en crudo (ensaladas) o batidos, hervidas, en sopas e incluso como snacks o chips deshidratando sus hojas en el horno con un poco de sal. 


Por si al hervir la col os molesta su olor, nada mejor que añadir un poquito de leche al caldo y solucionado.

Si lo que pasa es que os producen gases, poner la col en agua fría a hervir y cuando arranque el hervor cortarlo añadiendo más agua fría. Mano de santo. 


BATIDO DE KALE


Como batido, sola o junto a otros ingredientes (pepino, manzana, pera, naranja, plátano, zanahoria, apio… jengibre, zumo de limón…) es una fuente de beneficios para el organismo. 

ENSALADA DE KALE CON NARANJA


Lavamos y cortamos a trozos pequeños las hojas de kale, desechando su tronco.

Lo ponemos a macerar dándole unos ligeros masajes con zumo de naranja. Como más tiempo mejor.

En un bol, cortaremos en gajos una naranja pelada y un poco de tronco de apio cortado muy fino. Mezclamos con cuidado con la col que no hemos escurrido, y añadimos frutos secos como nueces, piñones, almendra picada… e incluso pasas. Un poco de sal y removemos con cuidado. Me gusta añadirle una ralladura de jengibre muy suave por encima y por supuesto el aceite de oliva. 



La ensalada admite cualquier combinación, como zanahoria rallada, manzana, lombarda… casa muy bien con el rábano. 

CHIPS DE KALE 


Para hacer los chips de kale vamos a limpiar muy con agua las hojas y es muy importante secarlas muy bien. No deben estar ni tan siquiera húmedas ya que esto evitaría que nos quedasen crujientes. Podemos acelerar el secado con la ayuda de una centrifugadora, que recomiendo para cualquier ensalada. Cualquier verdura debe estar seca antes de aliñar. 


Precalentamos el horno a 180º.

Masajeamos las hojas (desechamos los tallos) con aceite de oliva y le añadimos semillas de sésamo (ajonjolí), polvo de pipas, de almendras, de nueces… Podemos añadirle unas gotitas de salsa picante o chili… vinagre de Módena, salsa Perrins, de soja… Imaginación al poder. 


Vamos colocando las hoja salándolas por ambas cara, hoja por hoha en la bandeja de horno y separadas. Es importante porque nos ayudará a que las hojas suelten su propia agua en el horno.


Metemos la bandeja en el horno durante 10, 12 minutos y miramos cuando estén crujientes. Tenemos que estar pendiente en los últimos minutos, porque no deben cambiar de color ni oscurecerse, sería señal de que nos van a amargas o quemar. Crujientes es la meta.

Ver enlace del vídeo, chips de kale